Bienvenidas y bienvenidos al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. Hoy hablaremos de la importancia de priorizar nuestra atención y el uso del smartphone.
Yo no sé a la persona que esté leyendo este artículo, pero a mi generación, las redes sociales (RRSS) nos están robando la percepción y uso del tiempo todos los días.
Te cuento desde mi experiencia personal. Mi primer smartphone lo tuve con quince años y, mi presencia con el aburrimiento se vió opacada por las redes sociales y aplicaciones como Youtube.
Hasta entonces había sido un lector ávido llegando a leer una hora o dos todas las noches. La saga de Harry Potter y la lectura me permitieron poner mi atención en mundos e historias que me ayudaron a superar las dificultades emocionales de la época. Gracias a libros como It de Stephen King, llegué a leer incluso mientras andaba de vuelta a mi casa después del instituto. Leer antes de dormir me permitió conciliar el sueño casi todas las noches desde la tranquilidad y no desde la estimulación que dan las redes sociales.
Sí que es verdad que también me gustaba mucho jugar a la PlayStation y al ordenador, pero el hábito de lectura por la noche nunca lo perdí hasta que en 2013 tuve aquel dichoso smartphone, y ya no lo solté.
Los últimos libros que me leí de forma constante cada noche fueron la saga de Juego de Tronos de George R.R. Martin. Unos libros que además se caracterizaban por estar escritos con mucha intensidad y que te acostumbraban a sentir mucha estimulación página por página.
Desde entonces, no fui capaz de coger otro libro y devorarlo porque mi cabeza se acostumbró a la alta estimulación de esa última saga, y mucho más seguro a la dopamina que segregaba la alta intensidad en mi cerebro con el uso del móvil.
Está demostrado (Súez-Alvarez et al., 2023) que el diseño de las apps de las redes sociales como Instagram o Tik-Tok han ido evolucionando para aumentar el nivel de atención de los/as usuarios/as. El aspecto y el formato de uso de esas aplicaciones ha hecho que los/as creadores/as de contenido hagan cosas llamativas desde el principio para que te quedes a visionar el vídeo o foto. Parece que todo en internet va enfocado a robarnos la atención y nuestro tiempo. Porque... ¿acaso te has preguntado cuánto tiempo dedicas a usar el móvil como entretenimiento?
Claro que desde hace años se puede saber y los sistemas operativos de Apple y Android permiten ver el tiempo de uso e incluso permite cerrar las aplicaciones de forma automática pasado cierto tiempo. Esto ha conseguido que los usuarios/as tengamos alguna herramienta más de control de nuestro uso sobre el móvil. Sin embargo, ¿tú lo usas? ¿Tienes el hábito de mirar cuántas horas has utilizado las redes sociales?¿Es un tema que
preocupe a tus amistades o a tu grupo social?
Si eres un estudiante o un trabajador que curras con tu móvil o tu ordenador, ¿acaso nunca te has llegado a sentarte en tu mesa y perder parte de la tarde o la tarde entera?
Verdaderamente tú, lector, que estás leyendo este artículo, ¿no te preocupa de verdad cuánta atención durante el día le otorgas a la superficialidad que transmite la gente a través de las redes sociales? ¿Verdaderamente te interesan sus vidas o es una elección inconsciente quedarte mirando la vida de los demás todas las noches? ¿De verdad quieres que lo último que veas antes de dormir sea la imagen de alguien que te cae mal o no es importante?
¿De verdad no te interesaría más prestar atención a otras cosas más valiosas como tus intereses, tu pareja, una serie o un libro que te inspire? ¿o es que acaso no será que lo que quizá te falte de verdad priorizar sea la conciencia sobre lo que haces y, para qué lo haces?
Y aquí es dónde el Mindfulness ha llegado para ayudar. El Mindfulness, definido por Kabatt-Zinn, el profesional que impulsó esta técnica en occidente, como la observación deliberada de nuestro cuerpo y de nuestra mente, dejando que las experiencias se desplieguen instante tras instante y aceptándolas tal como son.
Una de las primeras habilidades a entrenar en estas técnicas es la de observar y reconocer las experiencias psicológicas y físicas que percibimos en el momento presente. Esto se aplica a todo y además es muy útil en situaciones de dificultades emocionales.
Cuando, por ejemplo, después de sufrir un atraco o una situación violenta, podemos aprender a observar cómo el cuerpo revive las emociones de esa situación, es la clave para que las personas podamos continuar con nuestra vida y no sea el miedo quien no nos permita vivir.
Lo mismo ocurre con el uso de nuestra atención con el uso del teléfono, pero claro, el estímulo que nos roba la atención está a un pantallazo de quitarnos la habilidad de observar y elegir a donde pinchar, si a las redes sociales o al Gmail. ¿A Youtube o a la plataforma de trabajo universitario? ¿Qué nos puede ayudar entonces a deshacer esa acción casi automática y recordarnos cuál es nuestro objetivo en ese momento?
Yo tengo una propuesta para ti que me está ayudando mucho. Las Apps de One sec y Structured. One Sec te permite que en vez de que te quedes viendo los estímulos de Instagram nada más abrir la App, te aparece una pantalla gris que dice Respira profundamente durante 6 segundos, y pasado ese tiempo te da la opción de continuar en Instagram o salirte de la App. De esta forma, te ayuda a parar a reflexionar y conectar con lo qué es más importante hacer en ese momento.
Structured te ayuda a crearte una agenda de tareas diarias lo que te facilita poder aumentar tu conciencia y tachar desde el móvil tus objetivos diarios. Te permite preparar tu atención para que con los estímulos del día no se nos olvide lo importante: elegir nuestras acciones.
Ambas aplicaciones son las que recomiendo porque son las que yo he usado, pero hay muchas más parecidas. Para mí el poder ser capaz de ordenar y reconocer mis impulsos es algo que de por sí ya me ha ayudado a escribir este artículo, pero también me ha ayudado para poder ser mejor estudiante, mejor amigo, mejor pareja y también aprender a ser más amable conmigo mismo. Espero que este artículo te haya gustado y lo puedas compartir con aquella persona que sientas que lo pueda necesitar.
Rubén Somalo Toyas, psicólogo de PSICARA
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