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JÓVENES E INTERNET: ¿USO O ABUSO DEL MÓVIL?

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. Esta vez hablaremos sobre el uso de la tecnología en población jóven. Empezaremos haciendo una pequeña contextualización para ver qué beneficios y qué riesgos podemos encontrar en internet y cerrar con alguna recomendación práctica. ¿Continúas leyendo? 


Está claro que en el universo digital encontramos una infinidad de oportunidades: tanto académicas, de formación y profesionales como de mercado, de diversión y ocio y, sobre todo, de comunicación y relaciones interpersonales. Al fin y al cabo, el estar en conexión con tantas personas puede reducir el aislamiento social y puede proporcionar un sentido de comunidad. Es un medio de expresión emocional, por lo que da acceso a fuentes de salud digital y es un canal de recursos y de ayuda online.


Y es que en España, 9 de cada 10 personas usan redes sociales y pasan casi 2 horas al día en ellas. ¿Tú formas parte de este grupo? Si entras en tus ajustes, y buscas el tiempo de uso de móvil, es posible que no te alejes mucho de dicha cifra. Y es que, aunque no queramos, nos adaptamos a las nuevas herramientas que aparecen. ¿No es más cómodo escuchar los audios de whatsapp a x1,5 o x2?


Aunque el problema va más allá del número de horas o la frecuencia con la que se esté conectado/a a Internet, lo relevante en este caso es el grado de interferencia que pueda llegar suponer en la vida diaria. Comportamientos como conectarse a Internet nada más levantarse, reducir notablemente el tiempo dedicado a las tareas escolares o laborales, a dormir o a relacionarse con la familia y amigos, o las quejas de terceros pueden alertarnos del problema. También aparece el uso de Internet o móvil como vía de escape o desahogo y como fuente principal de placer, además de una preocupación y ansiedad excesiva por no poder conectarse y necesidad de incrementar la cantidad de tiempo de conexión para tener satisfacción. 


Cuando leemos esto, es posible que nos venga un adolescente a la cabeza, y es que un estudio realizado por UNICEF en 2021, con más de 50.000 adolescentes españoles, nos dice que:


  • El 94% de los adolescentes dispone de móvil con conexión a internet. 

  • El 21,6% se conecta a partir de medianoche todos/casi todos los días.

  • El 58,4% lleva el móvil a la habitación durante la noche

  • Un 31,6% pasa más de 5 horas diarias conectados a Internet entre semana y 49,6% el fin de semana.

  • El 61,5% tiene varias cuentas o perfiles dentro de la misma red social. 


Y este es un tema que preocupa mucho a los padres y madres, ya que el móvil se convierte, en muchas casas, en uno de los motivos de conflictos diarios. En los talleres que ofrecemos para familias sobre ciberseguridad y uso responsable de pantallas nos transmiten lo difícil que es para ellas el negociar los horarios y la privacidad y llegar a un acuerdo, tanto con el uso del Control Parental como sin él. 


En las familias que tienen a menores de edad a su cargo aparece la pregunta de qué hago con lo que se me escapa, ya que el Control Parental ayuda, pero no es la solución mágica. “Y si coge el móvil cuando no estoy”; “Si no es el móvil es la tablet”; “A veces me engaña con los límites de uso”; “Tiene cuentas que yo no sé o me tiene bloqueada en ellas”; “Borra los mensajes casi todos los días” “A mí no me gustan las tecnologías y no las entiendo, sabe él más que yo”... Queridas familias, no se puede controlar todo, ya que es un universo demasiado grande. Aquí la clave es observar las señales, advertir de los posibles riesgos, acompañar al menor y negociar y pactar el uso de las tecnologías, con las normas que deseemos que cumplan. 


Por ejemplo, el escribir contratos de uso puede ser una forma de materializar los cambios. También enterarte a qué juegan y qué ven tus hijos/as, ponernos al día con este mundo. Podemos elegir un lugar para dejar los dispositivos cuando no los usamos, como un “aparcamiento de dispositivos”. Algo muy importante es establecer zonas y momentos libres de pantallas como el dormitorio o el baño y reducir su uso en zonas de juego y durante las comidas.


También nos puede ayudar el buscar actividades alternativas al uso de tecnologías, si es posible juntos/as, y ofrecer compañía, además de potenciar espacios de relación con iguales. Como adultos, ser coherente y consecuente. Ser ejemplo. Y sobre todo, ser firme no implica dejar de ser cariñoso/a. 


Internet tiene algunos peligros y puede ser perjudicial el tipo de uso que le damos. La guerra que se da entre uso y abuso existe. La gran mayoría usaremos el móvil y estaremos conectados a la red, pero desarrollaremos estrategias para que no se convierta en un abuso y por tanto, enseñaremos a los más jóvenes a tener un buen manejo. No podemos hacer que la tecnología desaparezca, pero sí aprender a convivir con ella.  


Noelia Ferrer Ber, psicóloga sanitaria de PSICARA

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