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FOMENTAR UNA DINÁMICA POSITIVA

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. Hoy vamos a dedicar este espacio a hablar de diferentes ejercicios que pueden ser útiles para centrarnos en aspectos positivos de las personas que nos rodean y que son importantes para nosotros/as. 


Hace unos meses nuestro compañero Javier habló de los dos focos en uno de sus artículos. Por refrescar esa información, comentamos que, por un lado, existe el foco con el que iluminamos todo lo desagradable de los demás, esa parte negativa o que no nos gusta y que por otro lado, tendríamos el foco con el que iluminamos lo positivo, lo que nos gusta o lo que los demás hacen bien. Y aunque todas las personas tenemos ambos focos, puede haber una tendencia a usar con más frecuencia el foco negativo que el positivo. ¿Estás de acuerdo? Por ello, hoy vamos a hablar de formas de potenciar este foco positivo. ¡Empezamos!


  1. “La sorpresa del pos it”

Es una tarea sencilla y que es posible que ya hayas puesto en práctica alguna vez. Pero, ¿en qué consiste? 


Se trata de dejar breves mensajes positivos en un post-it en sitios pocos comunes, pero que se puedan encontrar fácilmente. Bajo la almohada, en el espejo del cuarto de baño, en el bocadillo que le preparas para ir a clase o al trabajo… Y, ¿qué se puede escribir? Frases simples pero que, en el efecto sorpresa, hacen que sean especiales. “Espero que te vaya bien la mañana, te quiero”; “Estás guapísima”; “Tengo ganas de verte”; “Un último empujón para terminar la semana, un beso” o “confío en ti”. También se puede utilizar para reforzar conductas que queremos que se repitan, por ejemplo: “gracias por dejar los zapatos en su sitio” o “enhorabuena por la tarde intensa de estudio”. 


Con esta dinámica pretendemos generar una emoción agradable en esa persona que queremos, sin que ella lo espere. Se puede usar con los hijos, con la pareja, con un amigo o con un familiar y, para asegurarnos que sea un “éxito”, es mejor si el destinatario no sabe nada y se usa de forma ocasional, ya que si abusamos de esta técnica puede perder el valor. Además, deberían ser mensajes genuinos, que sean de verdad. 


  1. “La caja de las caricias”

Una versión avanzada del ejercicio anterior. Consiste en poner una bonita caja con una ranura en un lugar importante de la casa. Junto a ella, tacos de papelitos de colores (un color para cada miembro). Cuando alguien vea algo de otro que le guste, cogerá el papel que le corresponda a esa persona, lo escribirá y lo meterá dentro. Por ejemplo, “me ha gustado mucho que me despiertes con un beso”, “gracias por preparar la comida hoy” o “me gusta cuando tenemos esos ratitos para hablar”. 


Al final del día o de la semana, según cuando se establezca, el objetivo es juntarse y que cada persona lo lea en voz alta. Con este ejercicio podemos empezar a reforzar las cosas que nos gustan de los demás y además, generamos un nuevo espacio en el que compartir desde la calma y el cariño. 


Aquí es importante que todos los miembros que participen se esfuercen por meter papeles en la caja y que dicha caja no se convierta en una forma de exigir cosas, con frases como  “a ver si lo haces más a menudo” o “lo tendrías que haber hecho más”. También puede darse el caso en el que sentimos que la pareja, el hijo o el familiar no hace nada bien y por tanto no sabríamos qué escribir en esos papeles.  ¡Bien! Entonces tenemos que estar atentos/as a los momentos en los que sucede una excepción o una mejoría… Prestar atención a todas las ocasiones en las que se dé una excepción y registrarlo para poco a poco nuestro “foco positivo” esté más entrenado. ¡Todas las personas hacemos cosas bien!


Introducir en nuestra rutina este tipo de ejercicios nos ayuda a prestar atención a los aspectos positivos y poder valorarlos. Una de las claves que fomenta el bienestar es el sentirse visto, y por tanto, reforzado. Te animo a que intentes poner estos ejercicios en práctica y que, de esta forma, las personas que te rodean se sientan vistas. 


Noelia Ferrer Ber, psicóloga sanitaria de PSICARA.



Referencia:


200 Tareas en terapia breve de Marga Herrero de Vega y Mark Beyebach


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