Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. En esta ocasión dedicaremos la sección de hoy a mirar hacia conductas automatizadas que a diario determinan algunas de nuestras decisiones y formas de relacionarnos con el mundo.
Si pensamos en nuestro día a día, quizá podríamos decir que en ciertas ocasiones experimentamos muchos retos y obstáculos, y a veces la vida nos trata con demasiada dureza como para que nosotros mismos también nos tratemos mal. Esto, sería “lo lógico”, ¿no? También lo serían las siguientes afirmaciones:
“Si tienes una meta, ve a por ella”
“Si tienes un problema, soluciónalo”
“Si quieres mejorar en algo, hazlo”
Si lo leemos así tiene sentido. ¡Ojalá fuese tan fácil!Ya hubiésemos ido, solucionado o hecho. Y a pesar de tener los medios para alcanzarlo, en algunas ocasiones tendemos a ser nuestros propios enemigos y, además, no siempre somos conscientes de ello.
El autosabotaje suele ser muy amplio, pero en estas líneas describiré algunos de los que más se suelen dar.
El primero de ellos es la procrastinación, la típica frase de “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Este párrafo, si el lector/a me lo permite, a título personal se la dedico a mis padres, que con cariño me lo han dicho en muchas ocasiones, y con toda la razón del mundo. Y es que, en efecto, muchas personas hemos escuchado estas palabras en nuestra vida. Pero, ¿por qué, en ocasiones, no es tan fácil de ejecutar a pesar de contar con el tiempo y los medios para ello? En esta ocasión suelen variar las causas, o bien porque no nos gusta, o porque nos da miedo el resultado final que podamos obtener. De esta forma se alarga ese estado en el que no hay una decepción y al no invertir tiempo y esfuerzo en ello, hay una justificación si no resulta como esperábamos.
Otro de los autoboicots que más se dan es el de no acabar las cosas. En relación con el anterior, cuando hay retos o metas que se dejan a mitad a pesar de que la persona pueda finalizarlos, habitualmente no se continúan porque de esta forma no tenemos que enfrentarnos a la posibilidad de fracasar o a no ser lo suficientes en ello. Así, al no intentarlo, la sensación de no ser capaces a veces aumenta y esos miedos a ciertos retos se hacen más grandes.
Por otro lado, las excusas en ocasiones podríamos decir que son otra forma de no enfrentarnos a ciertos retos. A veces resulta certera la falta de tiempo y recursos, pero cuando no hay evidencia de ello, es probable que estemos hablando de una gestión emocional no funcional.
El autoboicot por excelencia que más aparece en las personas con elevada autoexigencia y una autocrítica muy presente en su diálogo interno, es el del perfeccionismo. No avanzar en algo por miedo a que no sea como esperamos. A ello, a veces se le suma la rigidez: “si no es tal cual lo estoy visualizando, sentiré que no es suficiente”, ello resulta en la excusa perfecta para no intentar ciertas cosas.
Si hay algo que nos enseña la vida es que pocas cosas suelen resultar exactamente como las imaginamos, por mucho que intentemos anticipar algo, siempre hay aspectos nuevos o modificaciones que no habíamos previsto. Esto genera malestar en las personas con excesivo control, pero la realidad es que la forma en la que aprendemos es a partir de lo nuevo, de lo que nos supone un reto. ¿No crees que sería muy aburrido ir a clase sabiendo exactamente lo que se va a impartir? Del mismo modo ocurre en nuestro día a día. A veces la novedad genera tanto malestar que no asumimos la realidad de que la vida es incontrolable. Podemos enredarnos en esta lucha, pero aquí solo hallaremos sufrimiento, por tanto, te propongo ¿y si dejamos que la vida nos sorprenda y utilizamos la anticipación solo como avisos y no como realidades?
Cuando se dan los autoboicots no se producen porque la persona tenga más miedos, sino porque éstos suelen tomar todo el protagonismo de la escena y dejamos de lado los objetivos y metas, que en realidad son los importantes.
Anticipar ciertas realidades ayuda a prevenir dificultades o riesgos; esto es bueno. Cuando aparezca algún autoboicot vamos a escuchar qué es eso tan importante que nos quiere decir y, podemos tratar de buscar soluciones a ello, flexibilizar la forma de conseguir ciertos objetivos y tratar de intentarlo si es algo importante para nuestra vida.
Seguramente no podamos conseguir todo lo que nos propongamos, pero sí tenemos la capacidad de, si existen los medios y oportunidades, intentarlo. Y cuando algo no salga como esperábamos, siempre habrá un aprendizaje detrás que nos acercará a seguir mejorando.
Nuria Latorre Latorre, psicóloga de PSICARA
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