Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. Hoy hablamos del amor y, dentro de todas las formas y tipos que existen, del amor de pareja.
¿Cuántos intentos ha habido para tratar de definirlo? ¿Cuántas canciones, libros y actos en su nombre? En nuestra cultura, existe una exaltación del amor, aparece en la música, en las conversaciones; las personas lo anhelan, lo buscan y lo intentan comprender.
Para algunas personas, el amor consiste en un intercambio o transacción; para otras, es una costumbre social; otros lo utilizan como un medio para la reproducción. Para muchos otros, es una emoción que resulta muy difícil de definir.
El amor es el mecanismo de supervivencia más apasionante de la especie humana, nos lleva a crear lazos emocionales con unas pocas personas que son refugio en momentos de dificultad, dándonos protección emocional.
Desde la teoría del apego de Bowlby, la concepción del amor discierne sobre lo que la cultura asume sobre una persona adulta: que tiene que ser autosuficiente, independiente y madura. Bowlby hablaba de dependencia efectiva o positiva, de que ser capaz de recurrir a otros para pedir apoyo emocional es una señal y fuente de fortaleza. (Mi compañera Beatriz habló de ello, os recomiendo leerla).
Las relaciones de pareja son vínculos emocionales. El amor está relacionado con la necesidad innata de crear conexiones emocionales seguras. Una sensación de conexión segura entre las parejas románticas es clave para vivir unas relaciones amorosas satisfactorias y supone una fuente de fuerza para las personas implicadas. Como buenos seres sociales que somos, necesitamos establecer conexiones íntimas con los demás. Cuanto más podamos recurrir a nuestra pareja, más autónomos e independientes podremos ser. Por ejemplo, imaginemos que Victoria está pensando en irse unos meses a trabajar a Irlanda, se lo comenta a Adriana, su pareja, y ésta responde poniéndole trabas, diciéndole que no es buena idea o dando a entender que la relación puede peligrar con la distancia. Si por el contrario, Adriana responde acompañándole en su ilusión y animándole a que lo haga, Victoria se sentirá más capaz de afrontar esta nueva situación sintiendo el apoyo de su pareja. Si uno sabe que su pareja está ahí y que acudirá a su llamada, uno siente mayor confianza en su estima, en lo que vale. Así, el mundo es menos amenazador, más confiable.
La calidad de nuestras relaciones amorosas es un factor importante en nuestra salud mental y emocional, siendo las conexiones amorosas positivas un factor protector para la misma. El objetivo es crear un vínculo seguro, allí donde poder ser y estar, un ser querido que pueda ofrecer conexión y consuelo emocional fiable.
Si volvemos al título y nos centramos en la importancia de la conexión, ¿qué pasa cuándo ésta se pierde? En estos casos, ocurre la sensación de desconexión.
Roberto e Inés no se ponen de acuerdo en la crianza de sus hijos. Julia grita mucho en las discusiones, Juan no puede comunicarse tras una pelea. A Berto e Izan les cuesta entenderse en lo que a la convivencia respecta.
Se ha visto que estos problemas son la punta del iceberg. Lo que está en la base, es la desconexión emocional: ya no se sienten emocionalmente seguras con la otra persona. Las peleas son protestas por esto mismo.
Por debajo del malestar que sienten y de esos conflictos, las parejas se preguntan: ¿puedo contar contigo, apoyarme en ti? ¿me responderás cuando lo necesite? ¿te importo? ¿me valoras y me aceptas? ¿puedo confiar en ti, confías en mí? La rabia, las críticas, las exigencias, son en realidad intentos de recuperar emocionalmente a sus parejas y restablecer la conexión segura.
La teoría del apego nos enseña que nuestro ser amado es nuestro refugio. Cuando esa persona se muestra emocionalmente distante o no responde, nos enfrentamos a sentirnos abandonados, solos e indefensos. Perder la conexión pone en peligro nuestra sensación de seguridad. Ahí es cuando nos podemos dejar llevar por emociones desagradables, principalmente por el miedo, y cuando podemos poner en marcha estrategias para enfrentarnos a ese miedo de perder la conexión como pueden ser las conductas de control, la evitación o el distanciamiento.
Es importante estar receptivo a nivel emocional con la pareja y que las partes implicadas se sientan aceptadas, tenidas en cuenta. Se ha visto que vivir momentos positivos con la pareja favorece la conexión y que la falta de éstos, hace más probable que ocurra esta desconexión. Por lo que, desde aquí, animamos a esas parejas que nos leen a buscarlos y fomentarlos.
En mi próximo artículo, hablaré sobre los pilares de un tipo de terapia de pareja: la terapia focalizada en las emociones.
Permíteme, tú que me estás leyendo, terminar el artículo de hoy con dos poemas de Sara Bueno a través de los cuales poder reflexionar sobre el amor.
“Alas para
quedarme,
besos
para volar”
Donde ella añade: y un lugar para aterrizarlo todo.
“Mientras el corazón
siga latiendo,
el amor va siempre
hacia algún lugar”
Y para ti, ¿qué es el amor?, ¿quién es amor?, ¿quién, además de ti, es tu refugio seguro en momentos difíciles y de dudas o ese aeropuerto en el que aterrizar?
Yaiza Senar Gutiérrez, psicóloga de PSICARA
BIBLIOGRAFÍA:
Johnson, S. (2019). Abrázame fuerte. ALBA.